Ejerce Liderazgo, No Jefatura
Cuenta una vieja historia que a una persona se le dio la oportunidad de ver con vida el Cielo y el Infierno. Cuando llegó al Infierno vio una gran mesa alargada, llena de manjares y sentados a ambos lados a personas demacradas y de aspecto triste; el hombre no entendía nada, hasta que se fijó en los brazos; aquellos hombres en lugar de brazos tenían una especie de cucharas de madera que no podían girar para llevarse la comida a la boca, entonces el hombre entendió porque aquello era el Infierno: tanto manjar sin disfrutarlo.
Después fue al Cielo y allí se encontró la misma mesa llena de manjares, pero la gente se veía sana, bien alimentada y feliz – aún cuando tenían unas cucharas de madera por brazos – entonces se dio cuenta que cada uno daba de comer al de enfrente y se ayudaban mutuamente.
Es decir, nuestro resultado depende más de nosotros que de nuestras condiciones, nosotros marcamos la diferencia. Ser un buen líder supone ser conscientes de que estamos para servir a nuestro equipo, creándoles las condiciones necesarias para que puedan hacer lo que les pedimos, les alimentamos para que nos alimenten.
Estamos para servir a nuestro equipo, creándoles las condiciones necesarias
Sí, la paradoja del liderazgo es que el líder está para servir al equipo y esto le permite conseguir resultados a través suyo, sin embargo el jefe emplea la actitud de ponerse por encima del equipo: “mi equipo trabaja para mí, para eso les pago, al fin y al cabo es mi negocio”.
Ser jefe es algo que viene implícito al cargo o a la propiedad de la empresa, sin embargo el liderazgo nos lo da nuestro equipo, nos ven como líderes o solo como jefes.
Para que nos vean como líderes hay que ganarlo. ¿Qué podemos hacer para conseguirlo?:
- Tener un proyecto claro y definido, esto significa tener objetivos, una visión de cómo queremos que sea nuestro negocio en unos años, por ejemplo en 3 años. A las personas nos gusta participar en proyectos que saben a dónde van, no que están llenos de incertidumbre.
- Compartir con nuestro equipo información que les permita comprender el porqué de nuestras decisiones y nos permita el empoderamiento de cada uno de ellos.
- Permitirles contribuir con sus ideas, valorándolas y premiándoles por su iniciativa, fomentando en ellos la superación personal.
- Hacerles sentir importantes – porque lo son – dándoles reconocimiento, buscando cada día pillarles haciendo algo bien para decírselo para que quieran continuar con su desarrollo personal de forma continuada.
- Descubrir que les motiva para establecer un sistema de pequeños incentivos, que sea frecuente y ligado a sus logros, incentivos que les motiven a ellos, no a nosotros – al fin y al cabo son su premio, no el nuestro – nosotros tendremos nuestra recompensa en forma de un negocio sólido y rentable.
- Aclarar las expectativas con ellos, explicarles que esperamos de ellos y que estamos dispuestos a darles a cambio.
Haz que tu equipo te vea como líder
En tiempo de guerra, un grupo de soldados decidieron atravesar el desierto para poder escapar a la muerte, accedieron a llevar con ellos a un anciano y a una mujer con su bebé, con la condición de que cada cuál debería recorrer el camino por sus propios medios, valiéndose de sí mismos y entre todos se turnarían para llevar al bebé.
Cuando estaban caminando en medio del desierto el anciano cayó hincando las rodillas en la arena – fruto del tremendo esfuerzo que estaba realizando – y pidió a los demás que continuaran y le dejaran allí porque él ya no podía caminar más. Muy a pesar suyo es lo que hicieron, entonces la mujer retrocedió con su bebé, llegó hasta donde estaba el anciano, se lo puso en los brazos y le dijo: “es tu turno, te toca llevar al bebé” y volviendo sobre sus pasos dejó al anciano solo con el bebé.
Ante esta responsabilidad, el anciano solo pudo hacer una cosa: comenzó a andar de nuevo, tenía un motivo nuevo y más poderoso que su propia vida.
Hagamos nosotros con nuestro equipo lo mismo que hizo la mujer con el anciano: motivémosles, demos motivos para que quieran hacer las cosas.
Los 6 puntos mencionados son razones que motivan a las personas a querer hacer cosas y provocan pensamientos positivos.